¿Existe una dieta optima para los seres humanos?

Un estudio efectuado en grupos de cazadores-recolectores modernos observó que, generalmente, estos grupos poseen una excelente salud metabólica mientras consumen una gran variedad de dietas.

Miembros de la tribu Hadza en Tanzania cazando una cebra. Imagen tomada por Brian Wood.

Los expertos en nutrición han discutido durante mucho tiempo la existencia de una dieta óptima para los humanos. Un estudio publicado este mes añadió un giro a este tema. Se observó que probablemente no existiría una única dieta natural que sea mejor para la salud de las personas.

La investigación, publicada en la revista Obesity Reviews, analizó las dietas, los hábitos y los niveles de actividad física de cientos de grupos de cazadores-recolectores modernos y de sociedades de tamaño reducido, cuyos estilos de vida eran similares a los de las poblaciones antiguas. Descubrieron que, en general, todos presentan una excelente salud metabólica mientras consumen una gran variedad de dietas.

Algunos obtienen hasta el 80 por ciento de sus calorías a partir de los carbohidratos. Otros comen principalmente carne. Pero existen algunos aspectos en común: casi todos comen una mezcla de carne, pescado y vegetales, y consumen alimentos que generalmente están llenos de nutrientes. En general, consumen mucha más fibra que el estadounidense promedio. La mayoría de sus carbohidratos provienen de vegetales y plantas ricos en almidón que poseen un índice glucémico bajo, lo que significa que no producen picos rápidos de azúcar en la sangre. Pero no es extraño que los cazadores-recolectores consuman azúcares porque los consumen principalmente en forma de miel.

Los hallazgos sugieren que no existe una dieta «verdadera» para los seres humanos, quienes «pueden ser muy saludables siguiendo una gran variedad de dietas», dijo el autor principal del estudio, Herman Pontzer, profesor asociado de antropología evolutiva de la Universidad de Duke. «Lo sabemos porque hemos podido observar una amplia gama de dietas en estas poblaciones altamente saludables».

Algo que las poblaciones de cazadores-recolectores tienen en común es el muy elevado nivel de actividad física que realizan. Muchos caminan entre 5 y 10 millas por día. Sin embargo, paradójicamente, no tienen niveles de gasto de energía más altos que un empleado de oficina estadounidense promedio. Los autores sugieren que las autoridades pertenecientes al ámbito de la salud deberían considerar recomendar al ejercicio principalmente como una manera de mejorar la salud metabólica, pero no necesariamente como un antídoto contra la obesidad para quemar calorías.

 Desde una perspectiva de salud pública, los cazadores-recolectores modernos se destacan porque tienen una ausencia relativa de enfermedades crónicas tales como enfermedades del corazón, hipertensión y cáncer. Las tasas de obesidad son bajas. Tienen niveles muy altos de aptitud cardiorrespiratoria, incluso en la vejez. Y casi nunca se les diagnostica diabetes tipo 2 ni alteraciones metabólicas.

Sin embargo, la vida para las sociedades de cazadores-recolectores, no es fácil. Las tasas de mortalidad infantil son altas debido a enfermedades infecciosas. Las muertes por accidentes, enfermedades gastrointestinales e infecciones agudas son muy frecuentes. Pero quienes logran sobrevivir hasta la edad adulta a menudo llegan a la vejez relativamente libres de enfermedades degenerativas, que son la norma en las naciones industrializadas. Por lo general, son aptos y activos hasta el final, lo que sugiere que hay algo en su estilo de vida que les permite envejecer de manera saludable.

“A algunos de nosotros les gustaría intercambiar lugares con ellos. Sus vidas siguen siendo difíciles «, dijo el Dr. Pontzer. «Pero las cosas que los enferman son cosas que sabemos cómo combatir, y las cosas que no los enferman son cosas contra las cuales nosotros luchamos».

Es posible que la genética y otros factores no relacionados con el estilo de vida los protejan de las enfermedades crónicas. Pero los estudios demuestran que cuando las personas nacidas en sociedades de cazadores-recolectores se mudan a ciudades grandes y adoptan estilos de vida occidentales, desarrollan altos índices de obesidad y enfermedades metabólicas como todos los demás. Michael Gurven, antropólogo de la Universidad de California, Santa Bárbara, realizó una extensa investigación sobre los Tsimane, una población boliviana que practica un estilo de vida de subsistencia: caza, recolección, pesca y agricultura.

Los Tsimane obtienen la mayor parte de sus calorías a partir del consumo de alimentos con carbohidratos complejos y alto contenido de fibra tales como plátano, maíz, yuca, arroz y bananas, y además consumen carne de algunos animales silvestres y pescado. El Dr. Gurven ha publicado estudios detallados que demuestran que tienen una salud cardiovascular excepcional y casi no tienen diabetes. Sin embargo, el Dr. Gurven pudo observar varios casos de personas Tsimane que desarrollaron diabetes tipo 2 y murieron después de abandonar sus aldeas y mudarse a la ciudad cercana de San Borja, donde tomaron trabajos de oficina sedentarios y abandonaron su dieta tradicional.

«Cambiaron de su dieta tradicional por comer en la ciudad donde todo se consume frito», afirmó el autor. “Comenzaron a comer pollo frito y arroz y a beber coca-cola. Algunas de estas personas observaron un cambio bastante rápido en la salud”.

En un nuevo estudio, el Dr. Pontzer y sus colegas analizaron datos sobre cazadores-recolectores y otras sociedades de pequeño tamaño de todo el mundo, desde Sudamérica hasta África y Australia. Realizaron evaluaciones dietéticas detalladas de registros fósiles y arqueológicos para tener una idea de los alimentos que consumían los humanos primitivos e incluyeron nuevos datos recopilados en Hadza, una comunidad de personas que viven cazando y alimentándose en el norte de Tanzania tal como lo han hecho sus ancestros durante decenas de miles de años. Los Hadza consumen lo que algunos llaman «la dieta más antigua». El Dr. Pontzer ha pasado algún tiempo con ellos y ha estudiado durante mucho tiempo su salud.

En un día típico, los Hadza se organizan en grupos y parten temprano por la mañana para cazar y buscar alimento en la sabana. Las mujeres recorren terrenos montañosos para recolectar bayas silvestres y desenterrar tubérculos que parecen batatas fibrosas. Conseguirlos no es fácil, dice el Dr. Pontzer: Las mujeres usan palos para desenterrar los tubérculos, en algunos casos mientras cargan sus bebés sobre sus espaldas. Los hombres salen a cazar animales, generalmente cazan pequeños animales, pero, aproximadamente una vez al mes, cazan algo de gran tamaño como una cebra, un jabalí o una gacela. En los días en que sus cacerías son cortas, se dirigen a las colmenas y recolectan miel, que es una de sus comidas favoritas, ya que representan al menos el 15 por ciento de las calorías en su dieta.

«En un día cualquiera en un campamento de Hadza, casi siempre hay miel, algo de carne y tubérculos», dijo el Dr. Pontzer.

La cantidad de calorías diarias que consume un Hadza es similar a la del estadounidense promedio. Pero dependen de una cantidad bastante pequeña de alimentos. Y, en particular, no tienen papas fritas, chocolates, helados y otros alimentos ultra procesados que combinan grandes cantidades de grasas y carbohidratos simples: alimentos que han sido diseñados para ser irresistibles incluso cuando no tenemos hambre.

La ausencia de novedad y variedad en las dietas de cazadores-recolectores puede ser parte de la razón por la que no comen demasiado y se vuelven obesos. Los estudios demuestran, por ejemplo, que cuanto mayor es la variedad de opciones de alimentos que tenemos frente a nosotros, más tiempo se necesita para sentirse lleno, un fenómeno conocido como saciedad sensorial específica.

«Esta es la razón por la que siempre tienes espacio para el postre en un restaurante, incluso cuando estás lleno», dijo el Dr. Pontzer. «A pesar de que has comido una comida sabrosa y no puedes comer un bocado más de carne, aún estás interesado en la tarta de queso, porque es dulce y ese botón aún no fue presionado en tu cerebro».

Autor

Anahad O’Connor 

O’Connor es reportero perteneciente al staff y aborda temas vinculados a la salud, ciencia, nutrición entre otros. También es un exitoso autor de libros sobre salud del consumidor, tal como «Never shower in a thunderstorm” y «10 things you need to eat”.

Nota Original

Is there an optimal diet for humans?.

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