Ansiedad pre-competitiva en Triatlón

La gran cantidad de gente que participa en triatlones, y la relevancia que adquiere la victoria o la derrota (a veces contra una uno mismo) en este tipo de actividades competitivas, convierten al triatlón moderno en “extremadamente estresante” (1). La forma en que cada sujeto reacciona ante este estrés es muy personal, y varía considerablemente (2) en función de factores personales y situacionales, siendo una de estas reacciones la ansiedad competitiva (3,4).

Muchos triatletas no son capaces de conseguir los resultados competitivos que debieran por esta causa y sufren de “choking under pressure” o «ceder ante la presión», (5) por no controlar las emociones y la ansiedad que un evento de estas características produce. Hay que pensar que en un solo día se evalúa el trabajo de varios meses e incluso toda una temporada. Todo el sufrimiento y esfuerzo no valdrán de nada si no se realiza una buena carrera, y eso otorga a cualquier competición una transcendencia especial que puede llegar a producir y, de hecho lo hace como hemos dicho, ansiedad pre-competitiva.

Imagen 1. El triatleta afronta momentos de máxima tensión y estrés antes de una competición.

Según De la Vega y cols. (6), el estado de ánimo pre-competitivo como factor clave del éxito o el fracaso del deportista ha sido uno de los aspectos que más interés ha suscitado en la psicología del deporte (e.g. 7–15). De hecho, se cree que la competición es capaz de dejar huellas profundas en la personalidad de un desportista.

Sin embargo, no es sencillo determinar qué estados de ánimo son los ideales antes de un triatlón. Podemos equivocarnos si relacionamos las emociones “positivas” (e.g. orgullo o placer) con emociones buenas o deseables y emociones “negativas” (e.g. ansiedad o enfado) como emociones malas e indeseables en un deportista. Según Tenenmbaum y colaboradores (16–19), las emociones positivas se pueden relacionar con un aumento de las posibilidades de que un deportista rinda como se espera ante una situación dada, pero las emociones negativas no deben entenderse sólo como aquellas que perjudican nuestro rendimiento. Por ejemplo, se tiene evidencia de que cierto nivel de ansiedad podría mejorar la motivación y facilitar la atención, aunque no hay correlación entre la ansiedad en triatletas y el rendimiento en carrera (12; 9).

Por el contrario, varios trabajos científicos nos han demostrado que la ansiedad excesiva puede tener efectos negativos en el rendimiento mental o deportivo, sobre todo por su influencia en cómo el deportista recibe la información del entorno, la procesa y toma decisiones en función de ella (lo que afectaría, por ejemplo, a la selección de la estrategia adecuada por un triatleta olímpico conforme avanza la carrera) (21,22). Incluso se ha propuesto que la ansiedad puede hacer menos eficiente al deportista (triatleta) al perjudicar su técnica (la ansiedad haría que el deportista “se centre mucho” o “piense mucho” en su gesto deportivo y se pierda la automatización del mismo) (23) o reducir su fuerza aplicada en comparación con emociones como la feclidad o el enfado (medida a través de un salto vertical) (24).

Curiosamente, hay otras variables emocionales que tienen una alta relación con el rendimiento en competición. La auto-confianza, por ejemplo, ha demostrado tener una mayor relación con el rendimiento deportivo que la ansiedad, aunque también es cierto que esta auto-confianza (en el resultado, en la preparación, en la estrategia de carrera) va a afectar también a la ansiedad que nuestro triatleta experimenta antes de una carrera importante (si no confía en su propio rendimiento, es normal que sufra cierta ansiedad por no cumplir las expectativas que tiene puestas en carrera) y esto es muy parecido a lo que se propone en la teoría de la auto-eficacia de Bandura (20).

Así, parece que la relación ansiedad-rendimiento se podría explicar mediante una gráfica de U invertida como la que mostramos en la Figura 1, donde el mayor rendimiento deportivo se consigue con niveles medios de activación y normales de ansiedad.

Figura 1. U-invertida para explicar el efecto de la activación y la ansiedad sobre el rendimiento deportivo.

Aunque solo hemos mostrado aquí una pequeña parte de toda la literatura científica referida a la ansiedad y al rendimiento deportivo, está claro que la ansiedad pre-competitiva puede ser perjudicial en triatletas si no se canaliza adecuadamente ((25).

Por ello, los mejores consejos que les podemos dar desde el IEWG, para que nada impida a nuestro triatleta aplicar en competición lo que tanto le ha costado conseguir entrenando, son:

  • Evaluar y controlar aquellos casos más problemáticos con cuestionarios de ansiedad como el CSAI.
  • Contar con el apoyo de profesionales especializados en psicología deportiva.
  • Centrar nuestros esfuerzos en mejorar la auto-confianza del triatleta, haciéndole partícipe de su progreso y de la preparación que lleva a sus espaldas.
  • Diseñar estrategias pre-competitivas que ayuden a reducir la ansiedad que pueda producirse (rutinas clave de acciones, ejercicios de relajación, etc.).
  • Evitar la ingesta de ayudas ergogénicas como la cafeína que, en ciertas dosis, pueden producir más ansiedad.
  • Hay ciertos estudios (e.g. 26) que han relacionado las altas cargas de entrenamiento con niveles de ansiedad elevados, lo que nos lleva a insistir en la necesidad de realizar un taper previo a la competición.
  • Establecer objetivos y metas realistas, al alcance del deportista, de forma que la relación entre las metas esperadas y las metas obtenidas sea muy alta.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Cerin E, Szabo A, Hunt N, Williams C. Temporal patterning of competitive emotions: a critical review. J Sports Sci. agosto de 2000;18(8):605-26.

2. Jones JG, Hardy L. Stress and performance in sport. Chichester: J. Wiley; 1990. 328 p.

3. Goud D, Petlichkoff L, Weinberg RS. Antecedents of, temporal changes in, and relationships between CSAI-2 components. J Sport Psychol. 1984;(6):289-304.

4. Nordell KA, Sime WA. Competitive trait anxiety, state anxiety, and perceptions of anxiety: Interrelationships in practice and in competition. J Swim Res. 1993;(9):19-24.

5. Beilock SL, Gray R. Why do athletes choke under pressure? En: Handbook of sport psychology (3rd Ed). Hoboken, NJ, US: John Wiley & Sons Inc; 2007. p. 425-44.

6. De laVega R, Ruiz R, García GD, Del Valle S. The players’mood in a professional soccer team: a study between regular players and substitutes. Cuad Psicol Deporte. 2011;11(2):107-17.

7. Beauchamp MR, Bray SR, Albinson JG. Pre-competition imagery, self-efficacy and performance in collegiate golfers. J Sports Sci. 2002;20(9):697-705.

8. Cohen AB, Tenenbaum G, English RW. Emotions and golf performance – An IZOF-based applied sport psychology case study. Behav Modif. mayo de 2006;30(3):259-80.

9. Hammermeister J, Burton D. Anxiety and the Ironman – Investigating the Antecedents and Consequences. Sport Psychol. marzo de 1995;9(1):29-40.

10. Jaenes J., Peñaloza RP, Navarrete KGN, Bohórquez MR. Ansiedad y autoconfianza precompetitiva en triatletas. Rev Iberoam Psicol Ejerc El Deporte. 2012;7(1):113-24.

11. Jaenes JC, Peñaloza RP, Navarrete KGN, Bohorquez MRB. ANSIEDAD Y AUTOCONFIANZA PRECOMPETITIVA EN MARATONIANOS Y TRIATLETAS. Rev Int Cienc Soc Humanidades SOCIOTAM. 2011;(2):95-110.

12. Lane AM, Terry PC, Karageorghis CI. Path analysis examining relationships among antecedents of anxiety, multidimensional state anxiety, and triathlon performance. Percept Mot Skills. diciembre de 1995;81(3):1255-66.

13. Parry D, Chinnasamy C, Papadopoulou E, Noakes T, Micklewright D. Cognition and performance: anxiety, mood and perceived exertion among Ironman triathletes. Br J Sports Med. noviembre de 2011;45(14):1088-94.

14. Robazza C, Bortoli L, Nougier V. Monitoring of precompetition affect in elite Italian archers during the World Championships. Int J Sport Psychol. marzo de 2002;33(1):72-97.

15. van der Lei H, Tenenbaum G. Performance Processes Within Affect-Related Performance Zones: A Multi-modal Investigation of Golf Performance. Appl Psychophysiol Biofeedback. diciembre de 2012;37(4):229-40.

16. Tenenbaum G, Elran E. Congruence between actual and retrospective reports of emotions for pre- and postcompetition states. J Sport Exerc Psychol. septiembre de 2003;25(3):323-40.

17. Tenenbaum G, Lloyd M, Pretty G, Hanin YL. Congruence of actual and retrospective reports of precompetition emotions in equestrians. J Sport Exerc Psychol. septiembre de 2002;24(3):271-88.

18. Tenenbaum G, Hatfield BD, Eklund RC, Land WM, Calmeiro L, Razon S, et al. A conceptual framework for studying emotions-cognitions-performance linkage under conditions that vary in perceived pressure. En: Raab M, Johnson JG, Heekeren HR, editores. Mind and Motion: The Bidirectional Link Between Thought and Action. Amsterdam: Elsevier Science Bv; 2009. p. 159-78.

19. Tenenbaum G, Edmonds WA, Eccles DW. Emotions, coping strategies, and performance: A conceptual framework for defining affect-related performance zones. Mil Psychol. 2008;20:S11-37.

20. Craft LL, Magyar TM, Becker BJ, Feltz DL. The relationship between the competitive state anxiety inventory-2 and sport performance: a meta-analysis. J Sport Exerc Psychol. 2003;25(1):44-65.

21. Eysenck MW, Calvo MG. Anxiety and Performance: The Processing Efficiency Theory. Cogn Emot. 1992;6(6):409-34.

22. Eysenck MW, Derakshan N, Santos R, Calvo MG. Anxiety and cognitive performance: attentional control theory. Emot Wash DC. mayo de 2007;7(2):336-53.

23. Maxwell JP, Masters RSW, Eves FF. The role of working memory in motor learning and performance. Conscious Cogn. septiembre de 2003;12(3):376-402.

24. Rathschlag M, Memmert D. The influence of self-generated emotions on physical performance: an investigation of happiness, anger, anxiety, and sadness. J Sport Exerc Psychol. abril de 2013;35(2):197-210.

25. Bales J, Bales K. Triathlon: how to mentally prepare for the big race. Sports Med Arthrosc Rev. diciembre de 2012;20(4):217-9.

26. Millet GP, Groslambert A, Barbier B, Rouillon JD, Candau RB. Modelling the relationships between training, anxiety, and fatigue in elite athletes. Int J Sports Med. agosto de 2005;26(6):492-8.

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