Carga de Entrenamiento Interna y Externa: 15 años después

Franco M. Impellizzeri1, Samuele M. Marcora2y Aaron J. Coutts1

1Faculty of Health, Human Performance Research Centre, University of Technology Sydney, Sydney, NSW, Australia.

2School of Sport and Exercise Sciences, University of Kent, Chatham, United Kingdom, and the Dept of Biomedical and NeuroMotor Sciences (DiBiNeM), University of Bologna, Bologna, Italia.

El ejercicio es un estímulo de estrés que induce diversas respuestas psico-fisiológicas, que median las adaptaciones celulares en muchos sistemas orgánicos. Para maximizar esta respuesta adaptativa, los entrenadores y los científicos deben controlar el estrés que se impone sobre el atleta de manera individual. Para lograr esto, es necesario controlar y manejar de manera precisa la carga de entrenamiento. En 2003, los autores presentaron un marco teórico para definir y conceptualizar las construcciones mensurables del proceso de entrenamiento. Postularon que la carga de entrenamiento tiene 2 componentes que pueden ser medidos: carga interna y carga externa. El objetivo de este comentario es ampliar, aclarar y ajustar el marco teórico y las definiciones de carga de entrenamiento interna y externa para evitar una mala interpretación de este concepto.

Palabras clave: carga de trabajo, entrenamiento físico, estímulo, factores estresantes, respuesta psico-biológica.

Los conceptos de carga de entrenamiento interna y externa fueron presentados por primera vez en el Octavo Congreso Anual del Colegio Europeo de Ciencias del Deporte en Salzburgo, Austria (2003) (1), en una sesión y un simposio con invitados organizado por Tom Reilly. El contenido de esta presentación fue incluido en dos trabajos de investigación de seguimiento, que describieron por primera vez la taxonomía del estímulo de entrenamiento (2, 3). Aunque estos conceptos fueron propuestos inicialmente en el contexto de los deportes de equipo, en la actualidad los términos carga de entrenamiento interna y externa se utilizan de un modo más general tanto en la investigación como en la práctica (4-7). En el artículo original, presentamos los conceptos de carga interna y externa, pero no los abordamos en profundidad. Por lo tanto, la intención de este comentario es ampliar, aclarar y ajustar el marco teórico y las definiciones de carga de entrenamiento interna y externa para evitar también la aplicación incorrecta o la interpretación errónea de estos conceptos tal como fueron planteados originalmente.

Marco Teórico: Proceso de Entrenamiento

El entrenamiento atlético o deportivo ha sido definido como el proceso de realizar ejercicios sistemáticamente con el fin de mejorar las capacidades físicas y adquirir habilidades deportivas específicas (8). Cuando los ejercicios se realizan adecuadamente, inducen una respuesta adaptativa funcional. Estas adaptaciones funcionales son las que producen los cambios en diferentes variables relacionadas al entrenamiento tales como el rendimiento físico, la resistencia a lesiones y la salud. Las series de ejercicios inducen una respuesta psico-fisiológica, y es esa respuesta (y no el ejercicio en si mismo) quien proporciona el estímulo para la adaptación (9). Potencialmente, cualquier estrategia que logre inducir la misma respuesta tendrá un efecto similar (por ejemplo, intervenciones farmacológicas) (10). La respuesta del atleta frente al estímulo, y el estímulo en si mismo, son específicos de la naturaleza, intensidad y duración del ejercicio (8). Una sola serie de ejercicios individuales puede generar un estímulo que provoque una respuesta adaptativa aguda temporal pero la repetición sistemática de este estímulo, y la respuesta asociada, son necesarias para producir las adaptaciones crónicas. Este estímulo de entrenamiento también debe ser aplicado durante el tiempo suficiente y debe tener una magnitud adecuada para evitar la desaparición de estas adaptaciones antes de las competencias. De acuerdo con el principio de la reversibilidad, si el estímulo se interrumpe, las adaptaciones previas revierten y el rendimiento disminuye (11). Para lograr adaptaciones de rendimiento específicas, el entrenamiento debe centrarse en los sistemas que determinan el rendimiento (Figura 1).

Figura 1. Marco teórico del proceso de entrenamiento.

En el contexto del entrenamiento físico la carga de entrenamiento ha sido descripta como la variable de estímulo que puede ser manejada para obtener la respuesta al entrenamiento que se desea (12). La carga de entrenamiento puede ser externa o interna (23) dependiendo de si nos estamos refiriendo a aspectos medibles que se producen internamente o externamente en un atleta. La organización, la calidad y la cantidad de ejercicio (plan de entrenamiento) determinan la carga externa, que se define como el trabajo físico fijado en el plan de entrenamiento (2, 3, 12). En consecuencia, las medidas de carga externa son específicas de la naturaleza del entrenamiento realizado. Por ejemplo, en el entrenamiento de sobrecarga la carga externa generalmente se considera la carga (carga externa) levantada; sin embargo, también puede ser expresada el como trabajo realizado o la velocidad generada durante el levantamiento (13). De manera similar, en los deportes de equipo, la carga externa puede ser definida mediante medidas de la distancia total recorrida (o por intervalos específicos de velocidad), aceleraciones o potencia metabólica (como ejemplos) (14). A pesar de su nombre (i.e, hace referencia al metabolismo, que es un factor interno del atleta e), esta última variable se deriva matemáticamente del perfil de velocidad-tiempo y, por lo tanto, sigue siendo un indicador de carga externa. Independientemente de cómo se cuantifique, los entrenadores prescriben el entrenamiento en función de la carga externa para obtener la respuesta psicofisiológica deseada. Es esta respuesta la que corresponde a la carga interna de entrenamiento. En tal sentido, las medidas de carga interna se comportan como indicadores que reflejan la respuesta psicofisiológica real que el cuerpo produce para hacer frente a las demandas provocadas por la carga externa. Por lo tanto, el concepto de carga interna reúne todas las respuestas psicofisiológicas que se producen durante la ejecución del ejercicio (único o secuencia) prescrito por el entrenador. De acuerdo con nuestras definiciones, los conceptos de carga externa e interna no tienen una medida estándar única o una medida de referencia, sino que pueden ser cuantificadas a través de una gran cantidad de variables, que describen la carga externa o la respuesta interna durante el ejercicio. Además, la validez de una medición de un indicador de carga depende del contexto. Por ejemplo, la frecuencia cardíaca es una medida válida de la carga interna para el entrenamiento de la resistencia pero no para el entrenamiento de la fuerza. Más aún, incluso en el mismo contexto, una única medida de carga puede no tener el mismo nivel de validez (por ejemplo, la frecuencia cardíaca es un indicador con menor validez de carga interna en esfuerzos intermitentes de alta intensidad y de corta duración en comparación con entrenamientos de larga distancia o entrenamientos interválicos).

Carga Interna por sobre Carga Externa

Debido a que la carga de entrenamiento interna determina el resultado del entrenamiento, recomendamos que pueda ser utilizada como medida principal para monitorear a los atletas. Esto se debe a que la carga interna que se experimenta a partir de una carga externa específica puede variar dependiendo de factores contextuales específicos, ya sea entre o dentro de los atletas. Por ejemplo, los factores modificables y no modificables específicos, tales como el estado de entrenamiento, la nutrición, la salud, el estado psicológico y la genética pueden provocar que los atletas individualmente experimenten una carga interna diferente (y presenten diferencias individuales en el proceso adaptativo (15)) cuando son sometidos a la  misma carga externa (Figura l ) (16-18). Como algunas de estas características no son fijas, la carga interna que experimenta un determinado atleta frente a una carga externa determinada también puede variar cuando se modifican estos factores (por ej. cambios en su estado de entrenamiento, salud, etc.).Además, la respuesta al estrés (i.e. la carga interna) puede estar influenciada por otros factores estresantes (por ejemplo, condiciones de calor durante el entrenamiento) que afectan la respuesta psicofisiológica al ejercicio.

Por lo tanto, desde un punto de vista práctico, es difícil estimar con precisión la carga interna real del individuo antes del ejercicio. Este es especialmente el caso durante las series de ejercicio que se caracterizan por contener actividades espontáneas y/o aquellas que están influenciadas por comportamientos donde los sujetos deben regular su propio ritmo o en deportes donde se producen enfrentamiento (por ejemplo, juegos con pocos jugadores, partidos o combates en deportes de combate). Debido a estos factores, nosotros recomendamos que la carga interna pueda ser evaluada directamente para que podamos estar seguros de que la respuesta psicofisiológica deseada fue inducida según lo planeado.

Actualmente, el desarrollo reciente de (micro) tecnología sofisticada nos permite obtener información cada vez más detallada sobre la carga externa (19). Por ejemplo, mediante el uso de GPS (sistemas de posicionamiento global), acelerómetros y giroscopios, es relativamente sencillo cuantificar las aceleraciones, desaceleraciones, velocidad y potencia durante el ejercicio. Sin embargo, como resultado de la mayor disponibilidad de estos dispositivos, la atención de entrenadores y científicos parece haberse desviado hacia examinar la carga externa en lugar de evaluar la respuesta psicofisiológica real (es decir, la carga interna). Debemos tener cuidado de no desviar nuestra atención si estamos monitoreando a los atletas. En este caso, es la carga interna más que la carga externa, lo que en última instancia determinará el resultado funcional del entrenamiento y, por lo tanto, debe ser monitoreada. Sin embargo, la ventaja de poder obtener una mayor información sobre la carga externa es que nos permite una prescripción más precisa de la carga externa.

Carga Externa por sobre Carga Interna

En la práctica, no siempre es posible medir la carga interna, ya que hay situaciones en las que podríamos no disponer de un indicador válido de la misma. Por ejemplo, el entrenamiento intervalado individual y repetido de esprint induce mayores respuestas neuromusculares (carga interna) que otras formas de entrenamiento de alta intensidad que implican series de mayor duración que se realizan a una menor velocidad (20). Sin embargo, en la actualidad, no hay indicadores válidos establecidos de participación neuromuscular que estén disponibles para ser utilizados en condiciones reales de entrenamiento. De manera contraria, hay otros indicadores de carga externa, como la velocidad o el tiempo (para completar los esprints) que se utilizan generalmente y cuya medición es sencilla. Generalmente se asume que al aumentar la velocidad de carrera se produce una mayor participación de los componentes neuromusculares (21). Del mismo modo, indicadores de carga externa, tales como el peso levantado, el trabajo y el tiempo bajo tensión se utilizan comúnmente en el entrenamiento con sobrecarga. Por otra parte, también se ha propuesto el uso de medidas de carga interna basadas en el esfuerzo percibido para los métodos de entrenamiento de la fuerza (13). Frecuentemente los entrenadores estiman implícitamente la carga interna en base a estas medidas de carga externa; sin embargo, como se explicó anteriormente, este enfoque es conceptualmente limitado, ya que no se puede asumir una correspondencia directa entre la carga externa y la respuesta interna.

Integración de Carga interna y Externa

A pesar de disponer una mayor cantidad de herramientas para la evaluación de la carga externa, recomendamos tener precaución en el uso exclusivo de esta medida de carga para el monitoreo de atletas, ya que posee limitaciones conceptuales. Por ejemplo, es difícil hacer comparaciones entre individuos precisas sobre el modo en que los atletas responden (o enfrentan) al entrenamiento (por ejemplo, los que tienen una respuesta baja frente a los que tienen una respuesta alta). De hecho, por definición, un atleta con una respuesta baja es un atleta que tiene una respuesta más baja frente a la misma carga interna, lo que establece que se necesitan medidas de carga interna para tales evaluaciones. Al respecto, también es fundamental el uso de un indicador de carga interna adecuado. Por ejemplo, se sabe que el porcentaje de consumo de oxígeno máximo (VO2max) puede corresponder a diferentes porcentajes de umbrales del lactato (22). Por lo tanto, los atletas que realizan ejercicio en un mismo porcentaje de VO2max pueden tener diferentes respuestas de carga interna (umbrales de lactato) lo que aparentemente explicaría diferentes adaptaciones inducidas por el entrenamiento (respondedor vs no respondedores cuando se utiliza el porcentaje de VO2max como indicador de carga interna) (23). Además, desde un punto de vista conceptual, se obtienen ventajas adicionales cuando se incorporan las medidas de carga interna y externa en el monitoreo de un entrenamiento. Por ejemplo, el desacoplamiento entre la carga interna y externa puede ser utilizado para evidenciar cómo un atleta está lidiando con su programa de entrenamiento. En concreto, se asume que cuando los deportistas exhiben una menor carga interna frente a una carga externa estandarizada completada en condiciones similares, esto refleja un aumento en la aptitud física. Por el contrario, cuando la carga interna se incrementa en esta situación, el atleta podría estar perdiendo aptitud física o podría estar experimentando fatiga. Por otra parte, la combinación de las medidas psicológicas y fisiológicas de la carga interna de entrenamiento podría sugerir el tipo de fatiga que está experimentando el atleta. Específicamente, la fatiga muscular aumenta la frecuencia cardíaca y el índice de esfuerzo percibido (24) mientras que la fatiga mental solo aumenta el índice del esfuerzo percibido (25). Estos datos podrían ayudar a elegir la intervención más adecuada para reducir la fatiga, por ejemplo, la reducción de ejercicios que dañan los músculos o la aplicación de una mejor higiene del sueño.

Aclaración sobre los Indicadores de Carga Interna

Como mencionamos previamente, la carga interna se define como la respuesta psicofisiológica durante el ejercicio. Existe una idea errónea de que los valores de variables tales como la recuperación de la frecuencia cardíaca o la variabilidad de la frecuencia cardíaca obtenidos después del ejercicio (inmediatamente después o en la mañana siguiente) son indicadores de la carga interna. Sin embargo, según la definición, estas medidas no pueden ser consideradas indicadores de la carga interna, ya que se trata de respuestas que se producen después y no durante el ejercicio. Sugerimos que una respuesta posterior al ejercicio puede ser utilizada como una medida indirecta (sustituta) de la carga interna cuando existe una asociación fuerte entre estas 2 variables (es decir, la carga interna y la sustituta).Pero incluso en esta situación, esta medida no reflejará estrictamente la carga  interna, sino que representará una medida de la respuesta post-ejercicio a la carga interna. Del mismo modo, otras medidas que se utilizan frecuentemente para el monitoreo de un atleta, como la respuesta hormonal post-ejercicio, las pruebas de salto utilizadas para evaluar la fatiga neuromuscular o la información de los sujetos sobre los síntomas posteriores al ejercicio (por ejemplo, fatiga y dolor muscular) no deben der consideradas como medidas de carga interna. Como regla general, un indicador de la carga interna de entrenamiento es cualquier indicador que puede ser utilizado para prescribir la intensidad del ejercicio.

Aplicaciones Prácticas y Conclusiones

Transcurridos 15 años desde que se presentó por primera vez el modelo conceptual, los conceptos de carga interna y externa ahora son habituales y comunes tanto en la investigación como en la práctica. En este comentario, hemos aclarado las definiciones de carga interna y externa, y también hemos explicado la relevancia de estas construcciones dentro del proceso de entrenamiento. Además, hemos resaltado la importancia de usar la carga interna, especialmente cuando se monitorea a los atletas y hemos discutido las limitaciones del uso exclusivo de la carga externa para este propósito. Por último, presentamos las ventajas (conceptualmente) de contextualizar la carga interna y externa para la comprensión del proceso de entrenamiento. Dado que este modelo se puede aplicar para comprender el vínculo entre el entrenamiento y la respuesta adaptativa individual, es adecuado como marco teórico para desarrollar sistemas de seguimiento de los atletas. Cuando estos sistemas se implementan de manera efectiva, pueden ayudar a los entrenadores y a los científicos a controlar y optimizar mejor el proceso de entrenamiento.

Cita Original

Franco M. Impellizzeri, Samuele M. Marcora, and Aaron J. Coutts. (2019). Internal and External Training Load: 15 Years On. International Journal of Sports Physiology and Performance, Int J Sports Physiol Perform; 14 (2): 270-273. doi: 10.1123/ijspp.2018-0935.

REFERENCIAS

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