La “Hipótesis del Ejercicio Extremo”. Recientes hallazgos e implicancias en la salud cardiovascular

Título: La “Hipótesis del Ejercicio Extremo”. Recientes hallazgos e implicancias en la salud cardiovascular

Autores: Thijs M. H. Eijsvogels, PhD ; Paul D. Thompson, MD; Barry A. Franklin, PhD

COMENTARIO

La “Hipótesis del Ejercicio Extremo” hace referencia a que el volumen e intensidad del ejercicio aeróbico, que atletas de alta exigencia están expuestos crónicamente tendría efectos perjudiciales en lugar de los beneficiosos efectos cardiovasculares que todos ya conocemos del mismo.

Si bien no hay límites claros en cuanto a la dosis para estos efectos, es claro que es varias veces superior a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Y es de amplio conocimiento que hacer ejercicio físico planificado es claramente mejor que no hacerlo, por lo que la discusión estaría entablada en si hacerlo en cantidades muy superiores tendría efectos perjudiciales más que beneficiosos.

Existen estudios a favor y en contra de esta hipótesis, y este artículo resume algunas de estas posturas, como así también interpretar los efectos adaptativos o mal adaptativos a este volumen de ejercicio.

Son varios los análisis que demuestran que los atletas de mayor actividad tienen una calcificación acelerada de las arterias coronarias en comparación con los de menor actividad; en donde predominan las lesiones de tipo “mixtas”, conociendo que las de tipo “blandas”, pertenecientes a estas últimas, son las que más expuestas están a la rotura y eventual desarrollo de eventos agudos. Sugiere esto quizás un efecto protector de la calcificación referida.

En cuanto a la fibrosis miocárdica, se sabe que los biomarcadores durante estas largas exposiciones elevan sus valores retornando a niveles normales en el reposo, sin poder vislumbrar los efectos a largo plazo. Sin embargo, mediante técnicas de imagen, como la Resonancia Magnética Cardíaca, a pesar de datos epidemiológicos variables, se puede caracterizar cierto patrón; como lo es la distribución heterogénea con locaciones cercanas al tabique interventicular y la inserción del ventrículo derecho. Estudios con datos variables también los son las implicancias clínicas, como arritmias ventriculares y disfunción del ventrículo izquierdo.

Con respecto a la incidencia de fibrilación auricular existen datos suficientes que sugieren que cantidades de ejercicio de ligero a moderado disminuyen el riesgo de presentar la misma pero mayores volúmenes de ejercicio potencialmente la incrementan.

Es conocido que el ejercicio de alta intensidad puede aumentar agudamente, de forma transitoria, la muerte súbita cardiaca en atletas con cardiopatía subyacente, y que las causas varían de acuerdo a la edad en estudio. A pesar de esto hay mucha evidencia de que el ejercicio regular disminuye el desarrollo de factores de riesgo modificables de enfermedad cardiovascular.

Concluyendo, se deduce que la “Hipótesis del Ejercicio Extremo” es solo claro para el desarrollo de fibrilación auricular; que las malas adaptaciones cardíacas solo se observan en un subgrupo reducido de atletas veteranos; y que el mayor riesgo de muerte súbita está asociado a la alta exigencia en pacientes portadores de enfermedad cardiovascular no diagnosticada, siendo en este último punto de suma importancia la concientización del atleta y entrenador sobre la realización periódica de los exámenes pertinentes, como el idóneo accionar del médico deportólogo.

Victor Manuel Videla

Cardiólogo – MP 10169

Comentario publicado en: http://www.fac.org.ar/

Imagen de Patricia Perez Gasquet

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