25 Nov Los Monitores de Actividad Fallan Porque no Son Humanos… Busca a un Entrenador o un Compañero de Entrenamiento
Es muy probable que usted o alguien que usted conozca haya recibido un monitor de actividad durante la época navideña o en su cumpleaños. Estos dispositivos, perennemente en lo más alto de las listas de regalos y parte integral de las resoluciones de año nuevo, miden todo, desde los pasos que se dan hasta los latidos del corazón y las horas dormidas. Al hacerlo, motivan a mejorar hábitos y a generar un cambio en el comportamiento a nivel de salud – o al menos esa es la teoría.
Sin embargo, los datos de una encuesta reciente muestran que más de la mitad de los individuos que utilizan un dispositivo, dejan de hacerlo en algún punto después de haberlo comprado y, entre ellos, un tercio lo hace dentro de los 6 primeros meses. Incluso si alguien usa fervientemente su dispositivo, esto no querrá decir que necesariamente verá resultados. Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association por investigadores de la Universidad de Pittsburgh, encontró que entre personas con sobrepeso que siguen una misma dieta, aquellos que utilizaron un monitor de actividad perdieron menos peso que aquellos que no lo usaron (los investigadores no estuvieron seguros de la causa). En otro artículo del JAMA, “Los monitores de actividad como facilitadores, no generadores, de cambios de comportamiento a nivel de salud,” investigadores de la Universidad de Pensilvania escribieron, “La brecha existente entre registrar información y cambiar el comportamiento es sustancial, y mientras que estos dispositivos aumentan en su popularidad, muy poca evidencia sugiere que estén cerrando esa brecha.”
Existe, sin embargo, al menos un dispositivo que parecer ser particularmente efectivo en ayudar a las personas de cualquier nivel físico a alcanzar sus metas. Es sorprendentemente de baja tecnología y, tal vez por eso, llega siempre como idea de última hora: un amigo.
En un análisis integral publicado en la revista Medicine and Science in Sports and Exercise, los investigadores revisaron más de 30 estudios buscando factores que motivaran de forma consistente a las personas a comenzar y a permanecer en un programa de entrenamiento. Lo que encontraron es que uno de los motivadores para mantener una rutina de ejercicios es tener el apoyo de familia y amigos. Esta idea se demostró de forma muy clara en dos estudios específicos. El primero, publicado en 2007 por el New England Journal of Medicine, encontró que cuando alguien alcanza la obesidad, el 57 por ciento de sus amigos tiene mayor probabilidad de llegar a ser obesos también. El segundo estudio, publicado por Psychology of Sport and Exercise en 2011, demostró que lo opuesto también ocurre: los hábitos de ejercicio de un individuo se pueden predecir con frecuencia al examinar su círculo social – las personas que tienen amigos que se ejercitan tienden a ejercitarse también. En otras palabras, el ejercicio es contagioso.
“El compromiso con un dispositivo no es tan remotamente poderoso como el compromiso con una persona” dice Sherry Pagoto, una científica conductual y profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts. “Estamos muy afectados por aquellos que nos rodean, especialmente cuando compartimos juntos el duro esfuerzo de desarrollar estado físico.” De acuedo con Pagoto, aunque las redes sociales y otras redes virtuales puedan ser motivadores para algunos, a la fecha, nada se compara con el poder motivacional que tiene el contar con un compañero o grupo de entrenamiento. “Es difícil replicar los lazos íntimos, el apoyo subsecuente, y tal vez más importante aún, la responsabilidad que se crea con compañeros de entrenamiento reales,” dice. En otras palabras, es mucho más difícil ignorar a un compañero de entrenamiento que a un brazalete.
Con respecto a encontrar el compañero de entrenamiento ideal, un estudio de 2020 de la Kansas State University sugiere que sería sabio buscar alguien que sea un poco mejor que usted. Investigadores encontraron que cuando las personas se ejercitan con alguien a quien perciben con un poco más de estado físico que ellos, pueden incrementar la duración e intensidad de su entrenamiento hasta en un 200 por ciento. “Existe definitivamente un elemento competitivo que ayuda problablemente a muchos a aumentar el rendimiento,” dice Pagoto.
No debería ser una sorpresa, entonces, que algunos de los mejores ambientes de entrenamiento tiendan a ser grupos de individuos motivándose unos a otros a alcanzar metas comunes. Aunque esto explica el éxito de programas recreativos como Team in Training y su gimnasio local de CrossFit, es tal vez un factor aún más importante en deportes élite. Recientemente, cada vez más “escuadrones de entrenamiento” como son conocidos– como ALTIS (atletismo), el Hansons-Brooks Distance Project (atletismo de distancia) o el JFTcrew (triatlón) – están produciendo atletas y resultados de talla mundial.
“Entrenar es difícil. No pretendamos que todos tenemos una motivación interna a prueba de balas, y que vamos a darlo todo todos los días,” dice Stuar McMillan, un entrenador de sprint y director de rendimiento en ALTIS a quien, junto a algunos otros entrenadores y atletas, se le atribuye el haber ayudado a Andre De Grasse a conseguir la plata en la carrera de 200 metros durante los Juegos de Río 2016 (llegó una fracción de segundo después de Usain Bolt). “Para aquellos días en los que los atletas necesitan un pequeño empujoncito, sus compañeros de equipo están ahí. Y ellos lo saben.”
“La energía que resulta al estar en un grupo de individuos comprometidos y que piensan parecido, mejora sin duda el proceso de entrenamiento, y en algunos casos le permite a los atletas hacer más de lo que harían por sí solos o hacer el mismo trabajo pero de forma más efectiva,” dice Joe Filliol, el entrenador de JFTcrew, un escuadrón de entrenamiento que durante los últimos cuatro años ha producido 38 podios en las Series Mundiales de Triatlón, nueve atletas olímpicos y un campeón mundial.
Ahora bien, esta opinión no tiene nada de novedoso. Mucho antes de que tuviéramos herramientas de entrenamiento de alta tecnología, los padres fundadores del boom de atletismo estadounidense se basaron fuertemente en entrenamientos grupales de los cuales dependió en gran medida su éxito. En su autobiografía My Marathon: Reflections on a Gold Medal Life, Frank Shorter escribe, “trabajar con [los atletas legendarios] Kenny Moore y Steve Prefontaine me convenció de los enormes beneficios que tiene entrenar con compañeros de entrenamiento de nivel élite que piensen parecido a mí.”
Así que, mientras usted se enfoca en perseguir sus metas físicas, sería sabio pasar la misma cantidad de tiempo y energía buscando el compañero o grupo de entrenamiento perfecto como si estuviera comprando el dispositivo perfecto. Las probabilidades dicen que el primero hará más por su rendimiento a largo plazo que el último. Así como Filliol me dijo, “al estar rodeado por compromiso, el éxito es inevitable.”
Autor
Brad Stulberg
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Traducción
Juliana Bermeo
Referencia Original
https://thegrowtheq.com/fitness-trackers-fail-because-theyre-not-human/