Para Ganar en las Montañas Ayuda mucho haber Nacido allí

Un análisis realizado con datos de ciclistas profesionales encontró que los ciclistas nacidos en la altura de América del Sur rinden mejor en altitudes elevadas en comparación con sus rivales nacidos en tierras más cercanas al nivel del mar.

 Una de las ideas más importantes que se quedó conmigo después de leer el libro de David Epstein de 2013 titulado “The Sports Gene” (“El gen deportivo” en español) fue que los dos maratonistas americanos más rápidos de su época, Shalane Flanagan y Ryan Hall, habían pasado gran parte de sus años de formación en la altura de Boulder, Colorado y Big Bear Lake, California, respectivamente. Y si bien las anécdotas no son ciencia, pos supuesto, este era un dato interesante que complementaba la discusión de Epstein acerca de los complejos vínculos entre el aire fino de la montaña y el rendimiento de resistencia – especialmente desde que Flanagan se mudó a una temprana edad a Massachusetts, al nivel del mar.

Un nuevo estudio de Medicine & Science in Sports & Exercise ofrece una ilustración convincente acerca de los efectos de haber nacido en altura. Un equipo de investigadores de cinco universidades españolas, coordinado por David Barranco-Gil de la Universidad Europea de Madrid, analizó los datos de los potenciómetros de 33 ciclistas pertenecientes a tres equipos profesionales diferentes y los cuales fueron recolectados durante sesiones de entrenamiento y competencias entre los años 2013 y 2020. Ellos buscaban saber si existían diferencias entre aquellos nacidos y criados en alturas por encima de los 1.800 metros versus aquellos nacidos y criados más cerca del nivel del mar, especialmente durante las etapas de montaña.

Para hacerlo, construyeron perfiles de potencia que mostraban los récords o potencias medias máximas que se podía sostener por periodos de 30 segundos, un minuto, 5 minutos y 10 minutos. El análisis se repitió a diferentes rangos de altura en incrementos de 500 metros (1.640 pies).

En las alturas más bajas, los 19 ciclistas provenientes de tierras bajas (18 de España e Italia y uno de EEUU) y los 14 nativos de tierras de altura (13 de Colombia y uno de Ecuador) mostraron prácticamente los mismos niveles de potencia. A medida que la elevación aumentó, ambos grupos mostraron una disminución en las potencias medias máximas. Sin embargo, la disminución fue mucho más dramática en los provenientes de tierras bajas, especialmente por encima de los 2.000 metros (6.500 pies).

A continuación se muestra la respuesta de la potencia media máxima en cinco minutos en los nativos nacidos en altura (círculos negros)  y para los de tierras bajas (círculos blancos). El eje vertical muestra la potencia media máxima (expresada en vatios/peso corporal) y el eje horizontal muestra los rangos de altura desde el nivel del mar hasta un poco por encima de los 2.000 metros (6.500 pies). Los perfiles son muy parecidos en los esfuerzos de 30 segundos, 1 minuto y 10 minutos.

(Foto: Medicine & Science in Sports & Exercise)

Una de las cosas que vale la pena destacar es que el rendimiento cae aún en el rango de altura de los 500 a los 1.000 metros (1.640 a 3.280 pies). Esto puede parecer sorprendente pero está en consonancia con la investigación hecha en los 1990s en el Instituto Australiano del Deporte (AIS, Australian Institute of Sport) en Canberra el cual está ubicado a 580 m (1.900 pies) sobre el nivel del mar. Cuando se encontraban poniendo en marcha el instituto se sorprendieron al ver lecturas de VO2máx. provenientes de sus atletas élite que eran mucho más bajas de lo esperado e inicialmente pensaron que se trataba de un error de calibración de su equipo de laboratorio. Eventualmente hicieron algunas pruebas y encontraron que realmente el rendimiento aeróbico se ve ligeramente comprometido a alturas de 1900 pies particularmente en atletas de resistencia entrenados.

Este efecto de baja altura es una clave para ver que hay más cosas que están sucediendo con los nativos más allá del aumento en los glóbulos rojos en el cual nos enfocamos con frecuencia cuando discutimos el entrenamiento en altura. La principal hipótesis por la cual los atletas entrenados tienen más posibilidades de encontrar problemas en alturas relativamente bajas es que sus potentes corazones están bombeando sangre a través de los pulmones tan rápido que la sangre no tiene tiempo para recoger una carga completa de oxígeno. Esto puede ocurrir incluso al nivel del mar en algunos atletas y se empeora tan pronto se aumenta la altura y donde hay una menor disponibilidad de oxígeno.

Una de las grandes diferencias entre los nacidos en tierras bajas y los nativos de altura es que los últimos son capaces de mantener mayores niveles de oxígeno en su sangre durante el ejercicio en grandes alturas: son mejores a la hora de obtener cualquier cantidad de oxígeno que se encuentre disponible en los pulmones y de difundirlo en la sangre.

Descifrar el por qué de este fenómeno es complicado ya que existe una mezcla entre factores genéticos (si tus ancestros han vivido en las montañas por incontables generaciones, sus genes se han adaptado probablemente a dichas condiciones), medio-ambientales (si tu vives en las montañas en este momento tu cuerpo se está adaptando a las condiciones; razón por la cual los atletas élite realizan entrenamientos en altura) y de desarrollo (las condiciones que experimentaste en el vientre y después del nacimiento pueden programar tu desarrollo de cierta forma). Es esa última categoría la que podría – y esto es altamente especulativo – haber tenido alguna influencia en alguien como Shalane Flanagan. Los nativos de tierras altas tienden a tener pulmones más grandes con una superficie mayor la cual les facilita el paso del oxígeno desde los pulmones hasta la sangre. Esa es una función relacionada con el nacimiento y parece no poderse cambiar después de la infancia. Cuando los investigadores estudiaron a los nativos de altura Quechua Peruanos que vivían al nivel del mar en Lima, pudieron ver que aquellos que habían nacido en tierras altas y que habían después migrado al nivel del mar siendo adultos tenían mayores niveles de oxígeno durante el ejercicio que aquellos que habían nacido al nivel del mar. La ventaja no estaba escrita en sus genes: estaba ligada al desarrollo.

Con respecto a los ciclistas élite del estudio de Barranco-Gil, es imposible descifrar por completo las respectivas contribuciones de cada uno de los factores genéticos, medio ambientales y de desarrollo. Todos los nacidos en tierras bajas participaron en al menos un campamento de entrenamiendo en altura cada año, sin embargo, un sub-análisis no encontró evidencia que soportara que la brecha se había logrado reducir entre ellos y los nativos de tierras altas aún en las semanas inmediatamente después de dichos campamentos. En otras palabras, la evidencia sugiere que haber nacido en altura te da una ventaja cuantificable en competencias que se lleven a cabo a grandes alturas y la cual no se puede borrar simplemente mudándose a las montañas. Sin embargo, si eso parece desmoralizante, siempre se puede ver el lado positivo: independientemente de donde vengan tus ancestros siempre puedes elegir el conferir esta ventaja a tus hijos.

Autor

Alex Hutchinson

Referencia Original

To Win in the Mountains, It Helps to Be Born There

Facebook Comments