5 estrategias para asegurar un correcto manejo de la carga aguda y crónica

El entrenamiento por potencia ha simplificado y a su vez complicado enormemente la labor del entrenador. Ya que, actualmente es posible conocer específicamente métricas fundamentales para el rendimiento como lo es la carga externa de la sesión en base a una cuantificación (Training Stress Score), la fatiga aguda que presenta el atleta (Acute Training Load) o inclusive el estado de forma o carga a nivel crónico, llamada Chronic Training Load. También es posible saber el estado de frescura del deportista, simplemente combinando la fatiga aguda y la fatiga crónica, lo que nos da como resultado el balance de estrés (Training Stress Balance).

Gracias a los diferentes softwares de análisis del entrenamiento, es posible divisar dichas métricas más conocidas por sus siglas: TSS, ATL, CTL y TSB de manera tal que se pueda planificar de manera más acertada cuándo generar el pico de forma o conocer cuándo el deportista se encuentra en un nivel tal de fatiga que se encuentra estancado en su rendimiento.

Obsérvese cómo varía la carga aguda en semanas de carga y descarga (violeta), el estado de forma va en aumento (línea azul) y el nivel de frescura va disminuyendo al encontrarse en un período de carga específico (línea amarilla).

Imagen 1. TSB CTL Y ATL.

Pero el manejar estas fundamentales variables trae consigo desafíos muy complejos para evitar el sobtreentrenamiento (infrarecuperación) que refieren a no abusar de las cargas de las sesiones que provoquen dicho estado crítico.

Para esto existen diferentes lineamientos generales para aquellos que entrenen por potencia y a su vez, manejen correctamente los conceptos antes mencionados. Estos son:

1- El día de la carrera D, el TSB deben estar cerca de +5 o por encima. Esto significa que, al estar en valores positivos, atleta está fresco y listo para dar sus mejores rendimientos.

2- El CTL debería generar su pico máximo en las dos semanas anteriores a la competencia primordial. Ya que, si bien el CTL mide el estado de forma del deportista, también mide el estado de fatiga a nivel crónico. Por lo que debemos asegurarnos no solo de que llegue en buenos valores de CTL, sino que también dichos valores estén acompañados de una correcta puesta a punto de cara a la competencia para llegar en buena forma y bien descansado.

3- Asegúrate que el CTL tampoco baje en dos semanas consecutivas luego de que comenzaste a preparar un objetivo específico. Ya que al ser una medida que muestra el estado de forma, un decaimiento de dicho valor por dos semanas significa que se está entrando en fase de pérdida de forma o desentrenamiento.

4- El CTL nunca debería aumentar más de 5 TSS por semana. Es decir, el aumento de estado de forma debe ser paulatino y controlado. Aumentar más de 5 TSS por semana no significa que se esté entrenando mejor, sino que se está sobreexigiendo al organismo de tal manera que se está peligrando enormemente una lesión o estancarse en el rendimiento.

Obsérvese en la imagen debajo el aumento gradual de 5 TSS por semana a medida que avanza la preparación hacia la temporada.

Imagen 2. CTL.

5- El balance de estrés de entrenamiento, nunca debería estar por debajo de -20 por más de 10 días. Ya que estaríamos hablando de que el deportista estaría en un nivel de estrés tal que lo único que se esperaría es una lesión o una pérdida del estado de forma, y no una mejora en el rendimiento como muchas veces se cree. En estos casos, lo mejor es aflojar, reducir las cargas hasta ubicarse nuevamente en valores estables y beneficios para el rendimiento.

Ante todo, lo expuesto, sin duda vemos que como siempre mencionamos en el ámbito del entrenamiento, más o no es mejor. Por lo que el machacarse en pasadas, series de alta intensidad, entrenamientos larguísimos sin fundamentos, sino se controlan correctamente, traen consigo una pérdida del rendimiento que sino, se ataca a tiempo puede ser crónica o incluso puede traer consigo lesiones graves.

AUTOR

Gonzalo Inzaurralde

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